sábado, 6 de septiembre de 2008

sábado, 22 de marzo de 2008

Extraña permanencia



EL ALTILLO

No saben cómo se encuentra en el altillo removiendo en la antigua pintura anquilosada. Hasta que la blancura devuelve su aguada y se vuelve amplia, voluminosa, pudiendo proyectar sobre ella la parquedad de la coloración andina. Entonces, la piedra devuelve su sacralidad a los legos y la hora se dobla.
Cómo se sale de la letra? ¿Hacia qué parajes?.
Si ella retiene todas las coyunturas y se arma justamente con la fuerza de la retención, hasta expulsar las amarras en sobresaltos y envistiendo desnudas bocacalles.
Piensan los actores.
¿Cómo se sale? ¿Por dónde?
Dicen

Armando esa pregunta como un disco que se lanza por fuera y por dentro del vocabulario, tal vez establezcamos la otra ruta inversa y múltiple.
Aclaran
La que se plantea desde la fase lunar hasta el repliegue de una convulsión y su internación inmediata.

Qué estadios comparecen
inquieren
Ninguno queda como excepción, pues si dejáramos uno afuera, el otro portal se abriría inmediatamente.

Adela entra a la habitación vestida de blanco, a la espera de que la luz llegue hasta sus zapatos dorándolos.
Zapatos de Magritte, incluso hasta los incrédulos mirarían su pié desnudo, el amanecer también despierta la vocación a la carne.
Sobre el vestido singular, la piel de los devotos de los tiempos antiguos, cerca del muro, las fotos dispersas eluden cualquier interpretación.
Ella entra a la habitación, la piel sellada. Es la ejecutante que deja todo atrás haciendo fluir los órganos y su continuo movimiento. La vibración de la madera es un sonido vital, para esos inermes que, a puerta cerrada, como después de una cirugía en la que se explora el cuerpo, remueven los órganos, bajando el pulso, y las arterias se atropellan la repartición de la sangre.
Esperan.
Están en esa sala para planificar una práctica ceremonial. Portan en su nombre genital una reseña histórica. Hay que ver a Adela desprenderse de su olor, que atrae a todos y los hace predicar errantes tópicos.
Ella requiere de toda atención, inserta en materiales humanos como son la curiosidad, la inquietud, cualquier exploración la deja desprovista de luz, inclinada a la noche y al irreprimible sello del deseo.
Por lo tanto la hora para las actuaciones la piensan con rigor.
Examinada con un instrumental exiguo: una pluma de cincel muy fino, un lápiz con tinta negra, un archivo. Muchas láminas de distinta textura.
Aunque no se haya acordado previamente, hay jerarquías entre los actores. Esto se refleja en la calidad del papel que se les otorga, siempre tan cambiante.
Es breve el espacio concedido a su desplazamiento.
Son ellos el montaje; ella, el único soporte.

viernes, 7 de marzo de 2008

Emplazamientos



Apagada apagada
pego una letra azul sobre
tu rostro
mojo tus labrios hablo
No
me dices

yo no he juntado aún la primera sílaba.



Mi primer cuerpo se abrió al deso
El segundo a su falta

Ahora, yo miro silenciosa la herida en que
esos dos cuerpos me dejaron

Ninguno de los dos ha cicatrizado
pero conozco la operación de la sutura.

El primer cuerpo es falla
y el segundo su trama.

Opero sobre la redención de la falla
de la falla


Los viejos hilvanos claman:
es un relato incierto






Filiaciones





Estampa en que su cuerpo flota sobre estas sucias aguas.

Se reconoce síntoma
Se sabe vana.

Ha arrojado su vida por ser imagen

Los transeúntes que apenas la conocen
Conectan su paso a sus cabellos
Entonces la araña que ensombrece su viaje sin descanso
Los hace oír sus velo- violines enmarañados:
Sus mensajes
Que pesan más que la memoria
Más que la pasión
Pesan en verdad como el dolor de toda gran pasión
Es una cavidad donde un amor sin fondo
Se reconoce para siempre
Solo


“Me llenó el lenguaje de su centro. Me expiró su pasado.
Dancé sobre la fuente : todo mi goce fue inmaterial.”


Alegórica es ella
cuando cimbra su brazo
“lo alzo por ti” -declama la fantasma.
Ya otra lo hizo
y hoy es su sepelio el que excavo a tu sombra”

Suda su axila
Corta el aliento la humedad de su huella

De su cerebro se extrae una joya

Tus manos de alambrada no han vuelto a escarnecerme”.




¿Y si mi pelo fuera de seda
para los alambrados;
si mi pelo fuera esta música
que ellos me dicen: te oigo?
¿O si fuera yo no más la que me escucho
cuando hablan,
yo no más frente al cielo material
tocada como el río por sus sucias cunetas,
la esteparia,
la cubierta de flores,
sin brazos que llenar,
la derramada?

¿Será por eso que tiemblan de naúsea las baldosas
cuando se recogen al amanecer
pues saben que ellas siempre
osamenta fueron de otra vieja piedra?

“Como circunvalantes, ávidos de placer, los lechos negros
derramaron la labia de su fuente. Y yo expandí la urbe
de mi boca cautiva en su mensaje”.




LAS ALUCINACIONES DEL METRO

Vibra en su cuerpo cada hebra de plata
Cuando se abre su última fuente.

Estampa en que su cuerpo flota sobre estas sucias aguas.

Se reconoce síntoma
Se sabe vana.

Ha arrojado su vida por ser imagen

Los transeúntes que apenas la conocen
Conectan su paso a sus cabellos
Entonces la araña que ensombrece su viaje sin descanso
Los hace oír sus velo- violines enmarañados:
Sus mensajes
Que pesan más que la memoria
Más que la pasión
Pesan en verdad como el dolor de toda gran pasión
Es una cavidad donde un amor sin fondo
Se reconoce para siempre
Solo

“Me llenó el lenguaje de su centro. Me expiró su pasado.
Dancé sobre la fuente : todo mi goce fue inmaterial.”

¿Y si mi pelo fuera de seda
Para los alambrados:
Si mi pelo fuera esta música
Que ellos me dicen : te oigo?
¿O si fuera yo no más la que me escucho
Cuando hablan,
Yo no más frente al cielo material
Tocada como el río por sus sucias cunetas,
La esteparia,
La cubierta de flores,
Sin brazos que llenar,
La derramada?

¿Será por eso que tiemblan de náusea las baldosas
Cuando se recogen al amanecer
Pues saben que ellas siempre
Osamenta fueron de otra vieja piedra

“Como circulantes, ávidos de placer, los lechos negros
Derramaron la lavia de su fuente. Y yo expandí la urbe
De mi boca cautiva en su mensaje”

Del ruido al eco, del eco al alarido
Del alarido, la resaca hundida
Y es una procesión de olas la que anida
Para su invocación la roja llamarada

Su dotación herida viste a los transeúntes

Qué pronto llegan a este rumor las estepas
Su nocturno lamento
Llama a las estaciones traicionadas.

Y el sonido del tiempo crece espacios
Por donde se mueven sordamente
Las rumorosas aguas
De esta tierra


Hasta rebotar otra vez
En mi garganta
Que relata sin piedad
El sueño inmóvil

“Oh , sudor de esta habla anegando en su espejo la turbia marejada.
Su marca inexplotable aún rastrea mis sueños”.

Con la voz rebajada
Humillándome casi
Dije
Cántamelo otra vez
No me digas que nunca

“Mi goce de cautiva: otra vez me cedió a su duro patrocinio “.





martes, 19 de febrero de 2008

Soul / Trabajo Inédito



Durante años, fui poseída por una enfermedad incurable. Encogida, yacía en mi cama. La cara se me cubrió de una sombra extensa, en que cada rasgo se difuminaba por el contacto con el dolor que agudo, penetraba músculos y nervios, haciendo estallar mi conciencia en una red de vertiginoso asombro.

Mis padres se paseaban al lado del lecho. Su vaticinio era claro: no había remedio alguno que parara la causa de esos síntomas tan despreciables: estaba condenada a la marginación y la soledad.
Sólo podía aparecer de vez en cuando, muy abrigada, en el comedor, los días con sol y cuando la polución no fuera muy intensa, de esa manera podía reunirme con la familia, que ejecutaba extrañas contorsiones a mi lado, al verme pálida y ojerosa Intervenir en el núcleo de su interioridad, como una ráfaga que aglutinara sus densas zonas críticas en una metáfora inesperada y molesta se convertía en un espectáculo que los abatía a unos más que a otros. Era una carga que venía a representar su falla geológica, el síntoma de una traición a la perfección de sus gustos, sus deseos y expectativas. Pero sabían que la visita era corta, eso suspendía su pesar por un rato.
¿Creerían que a veces también ocasionaba placer?
Mi respiración asmática quebraba el silencio de la mesa, sílaba que anunciaba el mal tiempo, el dilema corporal luchando por mantenerse de pie. Temían, más que yo, el ataque, su temblor, la búsqueda del aire por varios minutos insuficiente o nulo, ventana que cerraba de manera tenaz sus batientes. Dejando tras de sí el esfuerzo del cuerpo que palpitara con poca intensidad, indeciso en el pasaje desde la nada al ventisquero doliente del amanecer, seco, húmedo, como recién adquirido. El paisaje era el producto de una conquista del pulmón y de los bronquios cuya última terminal era la boca, apenas la nariz.
Digo que a ratos sí, el placer componía la estructura del paisaje, en una ramificación extraña y en apariencia exánime, que vertebraba la vida de esas poluciones cuya trama y textura se verificaban allí, en los miembros de la familia y en sus invitados, en la zona del comedor y en la sala de estar. A esta última iba yo sólo en variadas ocasiones, cuando podía transitar mejor por el comedor y después de tomar uno de los pocos baños que se me permitían.
Al living, llegaba secreta y segregada, muchas veces cuando la casa estaba sola. El living se guardaba para la gente importante, para las reuniones de negocio, las discusiones políticas, asuntos que rozaban la vida pública, en la que yo no participaba. Intentaba escuchar desde mi cuarto algunos restos de frases, intensas, airadas, dotadas de una cierta pasión. Con ellas además de alguna información sobre asuntos políticos y económicos, proporcionados por revistas y diarios que leía cuando restablecía para mi cuerpo una cierta franquicia de paz,. Entonces, con respiración segura y pausada, componía un mosaico inexacto que me hacía sentir habitante de una historia
Pues cuando mis órganos y mi psique se adecuaban a funcionar de modo paralelo, hallaba una cierta forma de morar el afuera. Coincidía con una veta humana, la calma se restablecía, yo era un animal exangüe, tranquilo. Habitaba una pausa indiscreta entre la vida y la muerte.
En mis peores días, durante la adolescencia, requerí de una enfermera. Tuve dos, las que turnaban su aparición, para poner vendas calientes en mi pecho y con especial cuidado sobre mis ojos. Permitían, así, el paso de la luz que tenue me entregara las formas iniciales del día.
Así mi manera de entrar a la sociedad, se dobló, entró por un pasadizo curioso y se curvó. El otro me era inaccesible: mi propio dilema por ser, por abrirme paso a la voz, al habla, lo derivó a un lugar secundario y refractante.
Una blanca camisa me cubrió las rodillas y llegó hasta mis pies. Su tela era diestramente porosa, así me fue posible dimensionar los tramos y sus desniveles agudos y constantes.



Publicaciones / Eugenia Brito



SERGIO CASTILLO /
Editorial Universitaria (2004)
Texto teórico breve que trata de una aproximación estética a la interesante cultura del Premio Nacional de Arte y ex profesor de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Sergio Castillo.

EXTRAÑA PERMANENCIA / Editorial Cuarto Propio (2004)
Extraña Permanencia escribe la travesía de la letra entre la modernidad en Chile y la posmodernidad, ubicándose entre tiempos y espacios mentales diferentes, para generar un lugar intermedio por donde deambulan deseos, personas, máscaras que viajan en una solitaria pero desmedida iconografía por el teatro del cuerpo.

DÓNDE VAS / Editorial Cuarto Propio (1998)
Sumergiendo su trazo poético en el cuestionamiento cáustico acerca de la modernidad contemporánea, las tres hablas que componen el texto se convierten en una pregunta sobre los derroteros, la memoria y la muerte de las etnias indígenas de nuestro continente americano.

ANTOLOGÍA DE POESÍA FEMENINA CHILENA DEL SIGLO XX (confiscación y silencio) / Dolmen Editorial (1998)
Campos minados es el texto crítico más importante escrito en Chile sobre la literatura producida durante la dictadura, que mediante el análisis de nueve escritores, expone las prácticas literarias contestatarias y la resistencia a la crisis constitucional.

EMPLAZAMIENTOS / Editorial Cuarto Propio (1993)
Texto sobre la materia poética, donde se cruzan tres ejes semánticos: la mujer, la historia latinoamericana y el lenguaje que habla esa historia. CAMPOS MINADOS / Editorial Cuarto Propio (1º 1989 / 2º Edición 1992) Campos minados es el texto crítico más importante escrito en Chile sobre la literatura producida durante la dictadura, que mediante el análisis de nueve escritores, expone las prácticas literarias contestatarias y la resistencia a la crisis constitucional.

FILIACIONES / Editorial Cuarto Propio (1986)
Encuentro y desencuentro del lenguaje poético español barroco y neo barroco y su épica de conquista y colonización, lo que trae como efecto un lenguaje ácido, minimalista, fragmentario y descentrado: el lenguaje latinoamericano y chileno de la post dictadura, de la modernización y de la tecnología del cuerpo oprimido y sus retóricas de contestación y rebeldía.

VÍA PUBLICA / Editorial Universitaria (1984)
Es la configuración del mapa simbólico del escenario citadino de Santiago de Chile durante la dictadura militar, en el cual convergen signos tales como: mujer, urbe, dominio y restitución parcial del cuerpo en aristas somáticas y psíquicas elaboradas poéticamente por la autora.

lunes, 18 de febrero de 2008

I

Ayer te llamé
y mi propia sombra
respondió en el teléfono.

II

Adiós te dije dulcemente
y la calle creció creció
como la noche.

III

Tu cuerpo lucha en la pared.
Mi cuarto
no puede dejarte ir
sin herirme.

IV

Fantasma trasnochado del amanecer
Cantando tu propio tango
De pie llorando
Ante el balcón de una mujer
También fantasma.








"Vía Pública"



"Vía Pública"


Abandonada de ti
te llevo en mi
como la antigua Venus
su belleza en los brazos rotos
sabiendo que al final de mi
me esperas tú
para cortármelos.


I

Ayer te llamé
y mi propia sombra
respondió en el teléfono.

II

Adiós te dije dulcemente
y la calle creció creció
como la noche.

III

Tu cuerpo lucha en la pared.
Mi cuarto
no puede dejarte ir
sin herirme.

IV

Fantasma trasnochado del amanecer
Cantando tu propio tango
De pie llorando
Ante el balcón de una mujer
También fantasma.